22 Porque el Hijo del hombre se marcha según está determinado. Pero,
¡ay de aquel por quien es entregado!»
23 Entonces se pusieron a discutir entre sí quién de ellos sería el que
iba a hacer aquello.
24 Entre ellos hubo también un altercado sobre quién de ellos parecía
ser el mayor.
25 El les dijo: «Los reyes de las naciones las dominan como señores
absolutos, y los que ejercen el poder sobre ellas se hacen
llamar
Bienhechores;
26 pero no así vosotros, sino que el mayor entre vosotros sea como el
más joven y el que gobierna como el que sirve.
27 Porque, ¿quién es mayor, el que está a la mesa o el que sirve? ¿No
es el que está a la mesa? Pues yo estoy en medio de vosotros como el que
sirve.
28 «Vosotros sois los que habéis perseverado conmigo en mis
pruebas;
29 yo, por mi parte, dispongo un Reino para vosotros, como mi Padre
lo dispuso para mí,
30 para que comáis y bebáis a mi mesa en mi Reino y os sentéis sobre
tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.
31 «¡Simón, Simón! Mira que Satanás ha solicitado el poder cribaros
como trigo;
32 pero yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca. Y tú,
cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos.»
33 El dijo: «Señor, estoy dispuesto a ir contigo hasta la cárcel y
la
muerte.»
34 Pero él dijo: «Te digo, Pedro: No cantará hoy el gallo antes que
hayas negado tres veces que me conoces.»
35 Y les dijo: «Cuando os envié sin bolsa, sin alforja y sin sandalias,
¿os faltó algo?» Ellos dijeron: «Nada.»
36 Les dijo: «Pues ahora, el que tenga bolsa que la tome y lo mismo
alforja, y el que no tenga que venda su manto y compre una espada;
37 porque os digo que es necesario que se cumpla en mí esto que está
escrito: = “Ha sido contado entre los malhechores.” = Porque lo mío toca a
su fin.»