17 Y lo que se decía de él, se propagó por toda Judea y por toda la
región circunvecina.
18 Sus discípulos llevaron a Juan todas estas noticias. Entonces él,
llamando a dos de ellos,
19 los envió a decir al Señor: «¿Eres tú el que ha de venir, o debemos
esperar a otro?»
20 Llegando donde él aquellos hombres, dijeron: «Juan el Bautista nos
ha enviado a decirte: ¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?»
21 En aquel momento curó a muchos de sus enfermedades y
dolencias, y de malos espíritus, y dio vista a muchos ciegos.
22 Y les respondió: «Id y contad a Juan lo que habéis visto y
oído:
Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los
sordos
oyen, los muertos resucitan, se anuncia a los pobres la Buena Nueva;
23 ¡y dichoso aquel que no halle escándalo en mí!»
24 Cuando los mensajeros de Juan se alejaron, se puso a hablar de
Juan a la gente: «¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña agitada por
el viento?
25 ¿Qué salisteis a ver, si no? ¿Un hombre elegantemente vestido?
¡No! Los que visten magníficamente y viven con molicie están en los
palacios.
26 Entonces, ¿qué salisteis a ver? ¿Un profeta? Sí, os digo, y más que
un profeta.
27 Este es de quien está escrito: = He aquí que envío mi mensajero
delante de ti, que preparará por delante tu camino. =
28 «Os digo: Entre los nacidos de mujer no hay ninguno mayor que
Juan; sin embargo el más pequeño en el Reino de Dios es mayor que él.
29 Todo el pueblo que le escuchó, incluso los publicanos,
reconocieron la justicia de Dios, haciéndose bautizar con el bautismo
de
Juan.