Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Lucas 7, 36-44

36 Un fariseo le rogó que comiera con él, y, entrando en la casa del
fariseo, se puso a la mesa.

37 Había en la ciudad una mujer pecadora pública, quien al saber que
estaba comiendo en casa del fariseo, llevó un frasco de alabastro
de
perfume,


38 y poniéndose detrás, a los pies de él, comenzó a llorar, y con sus
lágrimas le mojaba los pies y con los cabellos de su cabeza se los secaba;
besaba sus pies y los ungía con el perfume.

39 Al verlo el fariseo que le había invitado, se decía para sí: «Si éste
fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que le está tocando,
pues es una pecadora.»

40 Jesús le respondió: «Simón, tengo algo que decirte.» El dijo: «Di,
maestro.»

41 Un acreedor tenía dos deudores: uno debía quinientos denarios y el
otro cincuenta.

42 Como no tenían para pagarle, perdonó a los dos. ¿Quién de ellos le
amará más?»

43 Respondió Simón: «Supongo que aquel a quien perdonó más.» El
le dijo: «Has juzgado bien»,

44 y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: «¿Ves a esta mujer?
Entré en tu casa y no me diste agua para los pies. Ella, en
cambio, ha
mojado mis pies con lágrimas, y los ha secado con sus cabellos.