Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Lucas 8, 39-53

39 «Vuelve a tu casa y cuenta todo lo que Dios ha hecho contigo.» Y
fue por toda la ciudad proclamando todo lo que Jesús había hecho con él.

40 Cuando regresó Jesús, le recibió la muchedumbre, pues todos le
estaban esperando.

41 Y he aquí que llegó un hombre, llamado Jairo, que era jefe de la
sinagoga, y cayendo a los pies de Jesús, le suplicaba entrara en su casa,

42 porque tenía una sola hija, de unos doce años, que
estaba
muriéndose. Mientras iba, las gentes le ahogaban.

43 Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce
años, y que no había podido ser curada por nadie,

44 se acercó por detrás y tocó la orla de su manto, y al punto se le paró
el flujo de sangre.

45 Jesús dijo: «¿Quién me ha tocado?» Como todos negasen, dijo
Pedro: «Maestro, las gentes te aprietan y te oprimen.»

46 Pero Jesús dijo: «Alguien me ha tocado, porque he sentido que una
fuerza ha salido de mí.»

47 Viéndose descubierta la mujer, se acercó temblorosa, y postrándose
ante él, contó delante de todo el pueblo por qué razón le había
tocado, y
cómo al punto había sido curada.

48 El le dijo: «Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz.»


49 Estaba todavía hablando, cuando uno de casa del jefe de la
sinagoga llega diciendo: «Tu hija está muerta. No molestes ya al Maestro.»

50 Jesús, que lo oyó, le dijo: «No temas; solamente ten fe y se
salvará.»

51 Al llegar a la casa, no permitió entrar con él más que a Pedro, Juan
y Santiago, al padre y a la madre de la niña.

52 Todos la lloraban y se lamentaban, pero él dijo: «No lloréis, no ha
muerto; está dormida.»

53 Y se burlaban de él, pues sabían que estaba muerta.