35 Y vino una voz desde la nube, que decía: «Este es mi Hijo, mi
Elegido; escuchadle.»
36 Y cuando la voz hubo sonado, se encontró Jesús solo. Ellos
callaron y, por aquellos días, no dijeron a nadie nada de lo que habían visto.
37 Sucedió que al día siguiente, cuando bajaron del monte, le salió al
encuentro mucha gente.
38 En esto, un hombre de entre la gente empezó a gritar: «Maestro, te
suplico que mires a mi hijo, porque es el único que tengo,