...la Biblia de Jerusalén
Marcos 1, 10-24
10 En cuanto salió del agua vio que los cielos se rasgaban y que
el
Espíritu, en forma de paloma, bajaba a él.
11 Y se oyó una voz que venía de los cielos: «Tú eres mi Hijo amado,
en ti me complazco.»
12 A continuación, el Espíritu le empuja al desierto,
13 y permaneció en el desierto cuarenta días, siendo tentado por
Satanás. Estaba entre los animales del campo y los ángeles le servían.
14 Después que Juan fue entregado, marchó Jesús a Galilea; y
proclamaba la Buena Nueva de Dios:
15 «El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca;
convertíos y creed en la Buena Nueva.»
16 Bordeando el mar de Galilea, vio a Simón y Andrés, el hermano de
Simón, largando las redes en el mar, pues eran pescadores.
17 Jesús les dijo: «Venid conmigo, y os haré llegar a ser pescadores de
hombres.»
18 Al instante, dejando las redes, le siguieron.
19 Caminando un poco más adelante, vio a Santiago, el de Zebedeo, y
a su hermano Juan; estaban también en la barca arreglando las redes;
20 y al instante los llamó. Y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la
barca con los jornaleros, se fueron tras él.
21 Llegan a Cafarnaúm. Al llegar el sábado entró en la sinagoga y se
puso a enseñar.
22 Y quedaban asombrados de su doctrina, porque les enseñaba como
quien tiene autoridad, y no como los escribas.
23 Había precisamente en su sinagoga un hombre poseído por un
espíritu inmundo, que se puso a gritar:
24 «¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a
destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios.»