...la Biblia de Jerusalén
Marcos 1, 31-38
31 Se acercó y, tomándola de la mano, la levantó. La fiebre la dejó y
ella se puso a servirles.
32 Al atardecer, a la puesta del sol, le trajeron todos los enfermos y
endemoniados;
33 la ciudad entera estaba agolpada a la puerta.
34 Jesús curó a muchos que se encontraban mal de diversas
enfermedades y expulsó muchos demonios. Y no dejaba hablar a los
demonios, pues le conocían.
35 De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se levantó, salió
y fue a un lugar solitario y allí se puso a hacer oración.
36 Simón y sus compañeros fueron en su busca;
37 al encontrarle, le dicen: «Todos te buscan.»
38 El les dice: «Vayamos a otra parte, a los pueblos vecinos, para que
también allí predique; pues para eso he salido.»