...la Biblia de Jerusalén
Marcos 1, 34-43
34 Jesús curó a muchos que se encontraban mal de diversas
enfermedades y expulsó muchos demonios. Y no dejaba hablar a los
demonios, pues le conocían.
35 De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se levantó, salió
y fue a un lugar solitario y allí se puso a hacer oración.
36 Simón y sus compañeros fueron en su busca;
37 al encontrarle, le dicen: «Todos te buscan.»
38 El les dice: «Vayamos a otra parte, a los pueblos vecinos, para que
también allí predique; pues para eso he salido.»
39 Y recorrió toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando
los demonios.
40 Se le acerca un leproso suplicándole y, puesto de rodillas, le dice:
«Si quieres, puedes limpiarme.»
41 Compadecido de él, extendió su mano, le tocó y le dijo: «Quiero;
queda limpio.»
42 Y al instante, le desapareció la lepra y quedó limpio.
43 Le despidió al instante prohibiéndole severamente: