24 Por eso os digo: todo cuanto pidáis en la oración, creed que ya lo
habéis recibido y lo obtendréis.
25 Y cuando os pongáis de pie para orar, perdonad, si tenéis algo
contra alguno, para que también vuestro Padre, que está en los cielos, os
perdone vuestras ofensas.»
27 Vuelven a Jerusalén y, mientras paseaba por el Templo, se le
acercan los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos,
28 y le decían: «¿Con qué autoridad haces esto?, o ¿quién te ha dado
tal autoridad para hacerlo?»
29 Jesús les dijo: «Os voy a preguntar una cosa. Respondedme y os
diré con qué autoridad hago esto.
30 El bautismo de Juan, ¿era del cielo o de los hombres?
Respondedme.»
31 Ellos discurrían entre sí: «Si decimos: “Del cielo”, dirá: “Entonces,
¿por qué no le creísteis?”
32 Pero ¿vamos a decir: “De los hombres?”» Tenían miedo a la gente;
pues todos tenían a Juan por un verdadero profeta.
33 Responden, pues, a Jesús: «No sabemos.» Jesús entonces les dice: