5 Se podía haber vendido este perfume por más de trescientos denarios
y habérselo dado a los pobres.» Y refunfuñaban contra ella.
6 Mas Jesús dijo: «Dejadla. ¿Por qué la molestáis? Ha hecho una obra
buena en mí.
7 Porque pobres tendréis siempre con vosotros y podréis hacerles bien
cuando queráis; pero a mí no me tendréis siempre.
8 Ha hecho lo que ha podido. Se ha anticipado a embalsamar mi
cuerpo para la sepultura.
9 Yo os aseguro: dondequiera que se proclame la Buena Nueva, en el
mundo entero, se hablará también de lo que ésta ha hecho para
memoria
suya.»
10 Entonces, Judas Iscariote, uno de los Doce, se fue donde los sumos
sacerdotes para entregárselo.
11 Al oírlo ellos, se alegraron y prometieron darle dinero. Y él andaba
buscando cómo le entregaría en momento oportuno.
12 El primer día de los Azimos, cuando se sacrificaba el cordero
pascual, le dicen sus discípulos: «¿Dónde quieres que vayamos a hacer los
preparativos para que comas el cordero de Pascua?»
13 Entonces, envía a dos de sus discípulos y les dice: «Id a la ciudad;
os saldrá al encuentro un hombre llevando un cántaro de agua; seguidle
14 y allí donde entre, decid al dueño de la casa: “El Maestro
dice:
¿Dónde está mi sala, donde pueda comer la Pascua con mis discípulos?”
15 El os enseñará en el piso superior una sala grande, ya dispuesta y
preparada; haced allí los preparativos para nosotros.»
16 Los discípulos salieron, llegaron a la ciudad, lo encontraron tal
como les había dicho, y prepararon la Pascua.