10 Y les dijo: «Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta
marchar de allí.
11 Si algún lugar no os recibe y no os escuchan, marchaos de allí
sacudiendo el polvo de la planta de vuestros pies, en testimonio
contra
ellos.»
12 Y, yéndose de allí, predicaron que se convirtieran;
13 expulsaban a muchos demonios, y ungían con aceite a muchos
enfermos y los curaban.
14 Se enteró el rey Herodes, pues su nombre se había hecho célebre.
Algunos decían: «Juan el Bautista ha resucitado de entre los muertos y por
eso actúan en él fuerzas milagrosas.»
15 Otros decían: «Es Elías»; otros: «Es un profeta como los demás
profetas.»
16 Al enterarse Herodes, dijo: «Aquel Juan, a quien yo decapité, ése
ha resucitado.»