...la Biblia de Jerusalén
Marcos 7, 26-35
26 Esta mujer era pagana, sirofenicia de nacimiento, y le rogaba que
expulsara de su hija al demonio.
27 El le decía: «Espera que primero se sacien los hijos, pues no está
bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos.»
28 Pero ella le respondió: «Sí, Señor; que también los perritos comen
bajo la mesa migajas de los niños.»
29 El, entonces, le dijo: «Por lo que has dicho, vete; el demonio
ha
salido de tu hija.»
30 Volvió a su casa y encontró que la niña estaba echada en la cama y
que el demonio se había ido.
31 Se marchó de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar
de Galilea, atravesando la Decápolis.
32 Le presentan un sordo que, además, hablaba con dificultad, y le
ruegan imponga la mano sobre él.
33 El, apartándole de la gente, a solas, le metió sus dedos en los oídos
y con su saliva le tocó la lengua.
34 Y, levantando los ojos al cielo, dio un gemido, y le dijo: =
«Effatá», que quiere decir: «¡Abrete!»
35 Se abrieron sus oídos y, al instante, se soltó la atadura de su lengua
y hablaba correctamente.