Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Marcos 7, 3-34

3 - es que los fariseos y todos los judíos no comen sin haberse lavado
las manos hasta el codo, aferrados a la tradición de los antiguos,

4 y al volver de la plaza, si no se bañan, no comen; y hay otras muchas
cosas que observan por tradición, como la purificación de copas, jarros y
bandejas -.

5 Por ello, los fariseos y los escribas le preguntan: «¿Por qué tus
discípulos no viven conforme a la tradición de los antepasados, sino
que
comen con manos impuras?»

6 El les dijo: «Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, según está
escrito: = Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de
mí. =

7 = En vano me rinden culto, ya que enseñan doctrinas que son
preceptos de hombres. =

8 Dejando el precepto de Dios, os aferráis a la tradición de los
hombres.»

9 Les decía también: «¡Qué bien violáis el mandamiento de Dios, para
conservar vuestra tradición!

10 Porque Moisés dijo: = Honra a tu padre y a tu madre = y: = el que
maldiga a su padre o a su madre, sea castigado con la muerte. =
Pero
vosotros decís:

11 Si uno dice a su padre o a su madre: “Lo que de mí podrías recibir
como ayuda lo declaro Korbán - es decir: ofrenda -“,

12 ya no le dejáis hacer nada por su padre y por su madre,

13 anulando así la Palabra de Dios por vuestra tradición que os habéis
transmitido; y hacéis muchas cosas semejantes a éstas.»

14 Llamó otra vez a la gente y les dijo: «Oídme todos y entended.

15 Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda
contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina
al
hombre.

16 Quien tenga oídos para oír, que oiga.»

17 Y cuando, apartándose de la gente, entró en casa, sus discípulos le
preguntaban sobre la parábola.

18 El les dijo: «¿Conque también vosotros estáis sin inteligencia? ¿No
comprendéis que todo lo que de fuera entra en el hombre no puede
contaminarle,

19 pues no entra en su corazón, sino en el vientre y va a parar
al
excusado?» - así declaraba puros todos los alimentos -.


20 Y decía: «Lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al
hombre.

21 Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen las intenciones
malas: fornicaciones, robos, asesinatos,

22 adulterios, avaricias, maldades, fraude, libertinaje, envidia, injuria,
insolencia, insensatez.

23 Todas estas perversidades salen de dentro y contaminan al
hombre.»

24 Y partiendo de allí, se fue a la región de Tiro, y entrando en una
casa quería que nadie lo supiese, pero no logró pasar inadvertido,

25 sino que, en seguida, habiendo oído hablar de él una mujer, cuya
hija estaba poseída de un espíritu inmundo, vino y se postró a sus pies.

26 Esta mujer era pagana, sirofenicia de nacimiento, y le rogaba que
expulsara de su hija al demonio.

27 El le decía: «Espera que primero se sacien los hijos, pues no está
bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos.»

28 Pero ella le respondió: «Sí, Señor; que también los perritos comen
bajo la mesa migajas de los niños.»

29 El, entonces, le dijo: «Por lo que has dicho, vete; el demonio
ha
salido de tu hija.»

30 Volvió a su casa y encontró que la niña estaba echada en la cama y
que el demonio se había ido.

31 Se marchó de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar
de Galilea, atravesando la Decápolis.

32 Le presentan un sordo que, además, hablaba con dificultad, y le
ruegan imponga la mano sobre él.

33 El, apartándole de la gente, a solas, le metió sus dedos en los oídos
y con su saliva le tocó la lengua.

34 Y, levantando los ojos al cielo, dio un gemido, y le dijo: =

«Effatá», que quiere decir: «¡Abrete!»