8 Comieron y se saciaron, y recogieron de los trozos sobrantes siete
espuertas.
9 Fueron unos 4.000; y Jesús los despidió.
10 Subió a continuación a la barca con sus discípulos y se fue a
la
región de Dalmanutá.
11 Y salieron los fariseos y comenzaron a discutir con él, pidiéndole
una señal del cielo, con el fin de ponerle a prueba.
12 Dando un profundo gemido desde lo íntimo de su ser, dice: «¿Por
qué esta generación pide una señal? Yo os aseguro: no se dará, a
esta
generación ninguna señal.»