Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Mateo 11, 1-27

1 Y sucedió que, cuando acabó Jesús de dar instrucciones a sus doce
discípulos, partió de allí para enseñar y predicar en sus ciudades.

2 Juan, que en la cárcel había oído hablar de las obras de Cristo, envió
a sus discípulos a decirle:

3 «¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro?»
4 Jesús les respondió: «Id y contad a Juan lo que oís y veis:

5 los ciegos ven y los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los
sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia a los pobres la
Buena
Nueva;

6 ¡y dichoso aquel que no halle escándalo en mí!»

7 Cuando éstos se marchaban, se puso Jesús a hablar de Juan a la
gente: «¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña agitada por el viento?
8 ¿Qué salisteis a ver, si no? ¿Un hombre elegantemente vestido? ¡No!

Los que visten con elegancia están en los palacios de los reyes.

9 Entonces ¿a qué salisteis? ¿A ver un profeta? Sí, os digo, y más que
un profeta.

10 Este es de quien está escrito: = He aquí que yo envío mi mensajero
delante de ti, que preparará por delante tu camino. =

11 «En verdad os digo que no ha surgido entre los nacidos de mujer
uno mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el Reino
de los Cielos es mayor que él.

12 Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los
Cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.

13 Pues todos los profetas, lo mismo que la Ley, hasta
Juan
profetizaron.

14 Y, si queréis admitirlo, él es Elías, el que iba a venir.
15 El que tenga oídos, que oiga.


16 «¿Pero, con quién compararé a esta generación? Se parece a los
chiquillos que, sentados en las plazas, se gritan unos a otros diciendo:

17 “Os hemos tocado la flauta, y no habéis bailado, os hemos
entonado endechas, y no os habéis lamentado.”

18 Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: “Demonio tiene.”
19 Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “Ahí tenéis un
comilón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores.” Y la Sabiduría

se ha acreditado por sus obras.»

20 Entonces se puso a maldecir a las ciudades en las que se habían
realizado la mayoría de sus milagros, porque no se habían convertido:

21 «¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y
en
Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo
ha que en sayal y ceniza se habrían convertido.

22 Por eso os digo que el día del Juicio habrá menos rigor para Tiro y
Sidón que para vosotras.

23 Y tú, Cafarnaúm, ¿hasta el cielo te vas a encumbrar? = ¡Hasta el
Hades te hundirás! = Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros
que se han hecho en ti, aún subsistiría el día de hoy.

24 Por eso os digo que el día del Juicio habrá menos rigor para la
tierra de Sodoma que para ti.»

25 En aquel tiempo, tomando Jesús la palabra, dijo: «Yo te bendigo,
Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas
cosas a
sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños.

26 Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito.

27 Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al
Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a
quien el Hijo se lo quiera revelar.