4 Porque Juan le decía: «No te es lícito tenerla.»
5 Y aunque quería matarle, temió a la gente, porque le tenían por
profeta.
6 Mas llegado el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó en
medio de todos gustando tanto a Herodes,
7 que éste le prometió bajo juramento darle lo que pidiese.
8 Ella, instigada por su madre, «dame aquí, dijo, en una bandeja, la
cabeza de Juan el Bautista».
9 Entristecióse el rey, pero, a causa del juramento y de los comensales,
ordenó que se le diese,
10 y envió a decapitar a Juan en la cárcel.
11 Su cabeza fue traída en una bandeja y entregada a la muchacha, la
cual se la llevó a su madre.
12 Llegando después sus discípulos, recogieron el cadáver y lo
sepultaron; y fueron a informar a Jesús.
13 Al oírlo Jesús, se retiró de allí en una barca, aparte, a un
lugar
solitario. En cuanto lo supieron las gentes, salieron tras él viniendo a pie de
las ciudades.
14 Al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos y curó
a sus enfermos.