...la Biblia de Jerusalén
Mateo 15, 20-25
20 Eso es lo que contamina al hombre; que el comer sin lavarse las
manos no contamina al hombre.»
21 Saliendo de allí Jesús se retiró hacia la región de Tiro y de Sidón.
22 En esto, una mujer cananea, que había salido de aquel territorio,
gritaba diciendo: «¡Ten piedad de mí, Señor, hijo de David! Mi hija
está
malamente endemoniada.»
23 Pero él no le respondió palabra. Sus discípulos, acercándose, le
rogaban: «Concédeselo, que viene gritando detrás de nosotros.»
24 Respondió él: «No he sido enviado más que a las ovejas perdidas
de la casa de Israel.»
25 Ella, no obstante, vino a postrarse ante él y le dijo: «¡Señor,
socórreme!»