...la Biblia de Jerusalén
Mateo 22, 18-32
18 Mas Jesús, conociendo su malicia, dijo: «Hipócritas, ¿por qué me
tentáis?
19 Mostradme la moneda del tributo.» Ellos le presentaron un denario.
20 Y les dice: «¿De quién es esta imagen y la inscripción?»
21 Dícenle: «Del César.» Entonces les dice: «Pues lo del César
devolvédselo al César, y lo de Dios a Dios.»
22 Al oír esto, quedaron maravillados, y dejándole, se fueron.
23 Aquel día se le acercaron unos saduceos, esos que niegan que haya
resurrección, y le preguntaron:
24 «Maestro, Moisés dijo: Si alguien muere sin tener hijos, su
hermano se casará con la mujer de aquél para dar descendencia a su
hermano.
25 Ahora bien, había entre nosotros siete hermanos. El primero se
casó y murió; y, no teniendo descendencia, dejó su mujer a su hermano.
26 Sucedió lo mismo con el segundo, y con el tercero, hasta los siete.
27 Después de todos murió la mujer.
28 En la resurrección, pues, ¿de cuál de los siete será mujer? Porque
todos la tuvieron.»
29 Jesús les respondió: «Estáis en un error, por no entender las
Escrituras ni el poder de Dios.
30 Pues en la resurrección, ni ellos tomarán mujer ni ellas marido,
sino que serán como ángeles en el cielo.
31 Y en cuanto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído
aquellas palabras de Dios cuando os dice:
32 = Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob?
= No es un Dios de muertos, sino de vivos.»