2 «El Reino de los Cielos es semejante a un rey que celebró el
banquete de bodas de su hijo.
3 Envió sus siervos a llamar a los invitados a la boda, pero no
quisieron venir.
4 Envió todavía otros siervos, con este encargo: Decid a los invitados:
“Mirad, mi banquete está preparado, se han matado ya mis novillos y
animales cebados, y todo está a punto; venid a la boda.”
5 Pero ellos, sin hacer caso, se fueron el uno a su campo, el otro a su
negocio;
6 y los demás agarraron a los siervos, los escarnecieron y los mataron.
7 Se airó el rey y, enviando sus tropas, dio muerte a aquellos
homicidas y prendió fuego a su ciudad.