Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Mateo 22, 20-43

20 Y les dice: «¿De quién es esta imagen y la inscripción?»

21 Dícenle: «Del César.» Entonces les dice: «Pues lo del César
devolvédselo al César, y lo de Dios a Dios.»

22 Al oír esto, quedaron maravillados, y dejándole, se fueron.

23 Aquel día se le acercaron unos saduceos, esos que niegan que haya
resurrección, y le preguntaron:

24 «Maestro, Moisés dijo: Si alguien muere sin tener hijos, su
hermano se casará con la mujer de aquél para dar descendencia a su
hermano.

25 Ahora bien, había entre nosotros siete hermanos. El primero se
casó y murió; y, no teniendo descendencia, dejó su mujer a su hermano.

26 Sucedió lo mismo con el segundo, y con el tercero, hasta los siete.
27 Después de todos murió la mujer.

28 En la resurrección, pues, ¿de cuál de los siete será mujer? Porque
todos la tuvieron.»

29 Jesús les respondió: «Estáis en un error, por no entender las
Escrituras ni el poder de Dios.

30 Pues en la resurrección, ni ellos tomarán mujer ni ellas marido,
sino que serán como ángeles en el cielo.

31 Y en cuanto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído
aquellas palabras de Dios cuando os dice:

32 = Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob?

= No es un Dios de muertos, sino de vivos.»

33 Al oír esto, la gente se maravillaba de su doctrina.

34 Mas los fariseos, al enterarse de que había tapado la boca a los
saduceos, se reunieron en grupo,

35 y uno de ellos le preguntó con ánimo de ponerle a prueba:
36 «Maestro, ¿cuál es el mandamiento mayor de la Ley?»

37 El le dijo: = «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con
toda tu alma y con toda tu mente. =

38 Este es el mayor y el primer mandamiento.

39 El segundo es semejante a éste: = Amarás a tu prójimo como a ti
mismo. =

40 De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas.»
41 Estando reunidos los fariseos, les propuso Jesús esta cuestión:

42 «¿Qué pensáis acerca del Cristo? ¿De quién es hijo?» Dícenle: «De
David.»

43 Díceles: «Pues ¿cómo David, movido por el Espíritu, le llama
Señor, cuando dice: