Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Mateo 27, 46-59

46 Y alrededor de la hora nona clamó Jesús con fuerte voz: = «¡Elí,
Elí! ¿lemá sabactaní?», = esto es: = «¡Dios mío, Dios mío! ¿por qué me has
abandonado?» =

47 Al oírlo algunos de los que estaban allí decían: «A Elías llama
éste.»

48 Y enseguida uno de ellos fue corriendo a tomar una esponja, la
empapó en vinagre y, sujetándola a una caña, le ofrecía de beber.

49 Pero los otros dijeron: «Deja, vamos a ver si viene Elías a
salvarle.»

50 Pero Jesús, dando de nuevo un fuerte grito, exhaló el espíritu.

51 En esto, el velo del Santuario se rasgó en dos, de arriba abajo;
tembló la tierra y las rocas se hendieron.

52 Se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos difuntos
resucitaron.

53 Y, saliendo de los sepulcros después de la resurrección de él,
entraron en la Ciudad Santa y se aparecieron a muchos.

54 Por su parte, el centurión y los que con él estaban guardando a
Jesús, al ver el terremoto y lo que pasaba, se llenaron de miedo y dijeron:

«Verdaderamente éste era Hijo de Dios.»

55 Había allí muchas mujeres mirando desde lejos, aquellas que
habían seguido a Jesús desde Galilea para servirle.

56 Entre ellas estaban María Magdalena, María la madre de Santiago
y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo.

57 Al atardecer, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que
se había hecho también discípulo de Jesús.

58 Se presentó a Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato dio
orden de que se le entregase.

59 José tomó el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia