4 Mas él respondió: «Está escrito: = No sólo de pan vive el hombre,
sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.» =
5 Entonces el diablo le lleva consigo a la Ciudad Santa, le pone sobre
el alero del Templo,
6 y le dice: «Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: = A
sus ángeles te encomendará, y en sus manos te llevarán, para que no
tropiece tu pie en piedra alguna.» =
7 Jesús le dijo: «También está escrito: = No tentarás al Señor tu Dios.»
=
8 Todavía le lleva consigo el diablo a un monte muy alto, le muestra
todos los reinos del mundo y su gloria,
9 y le dice: «Todo esto te daré si postrándote me adoras.»
10 Dícele entonces Jesús: «Apártate, Satanás, porque está escrito: = Al
Señor tu Dios adorarás, y sólo a él darás culto.» =
11 Entonces el diablo le deja. Y he aquí que se acercaron unos ángeles
y le servían.
12 Cuando oyó que Juan había sido entregado, se retiró a Galilea.
13 Y dejando Nazará, vino a residir en Cafarnaúm junto al mar, en el
término de Zabulón y Neftalí;
14 para que se cumpliera el oráculo del profeta Isaías:
15 = ¡Tierra de Zabulón, tierra de Neftalí, camino del mar, allende el
Jordán, Galilea de los gentiles! =
16 = El pueblo que habitaba en tinieblas ha visto una gran luz; a los
que habitaban en paraje de sombras de muerte una luz les ha amanecido. =
17 Desde entonces comenzó Jesús a predicar y decir: «Convertíos,
porque el Reino de los Cielos ha llegado.»
18 Caminando por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos,
Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés, echando la red en el mar,
pues eran pescadores,
19 y les dice: «Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres.»
20 Y ellos al instante, dejando las redes, le siguieron.
21 Caminando adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago el de
Zebedeo y su hermano Juan, que estaban en la barca con su padre Zebedeo
arreglando sus redes; y los llamó.
22 Y ellos al instante, dejando la barca y a su padre, le siguieron.