24 deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte
con tu hermano; luego vuelves y presentas tu ofrenda.
25 Ponte enseguida a buenas con tu adversario mientras vas con él por
el camino; no sea que tu adversario te entregue al juez y el juez al guardia, y
te metan en la cárcel.
26 Yo te aseguro: no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el
último céntimo.
27 «Habéis oído que se dijo: = No cometerás adulterio. =
28 Pues yo os digo: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya
cometió adulterio con ella en su corazón.
29 Si, pues, tu ojo derecho te es ocasión de pecado, sácatelo y arrójalo
de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo
tu cuerpo sea arrojado a la gehenna.
30 Y si tu mano derecha te es ocasión de pecado, córtatela y arrójala
de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo
tu cuerpo vaya a la gehenna.
31 «También se dijo: = El que repudie a su mujer, que le dé acta de
divorcio. =
32 Pues yo os digo: Todo el que repudia a su mujer, excepto el caso de
fornicación, la hace ser adúltera; y el que se case con una repudiada, comete
adulterio.
33 «Habéis oído también que se dijo a los antepasados: = No
perjurarás, sino que cumplirás al Señor tus juramentos. =
34 Pues yo digo que no juréis en modo alguno: ni por el = Cielo =,
porque es = el trono de Dios, =
35 ni por = la Tierra, = porque es = el escabel de sus pies; = ni por =
Jerusalén =, porque es = la ciudad del gran rey. =
36 Ni tampoco jures por tu cabeza, porque ni a uno solo de tus
cabellos puedes hacerlo blanco o negro.
37 Sea vuestro lenguaje: “Sí, sí”; “no, no”: que lo que pasa de
aquí
viene del Maligno.
38 «Habéis oído que se dijo: = Ojo por ojo y diente por diente. =
39 Pues yo os digo: no resistáis al mal; antes bien, al que te abofetee
en la mejilla derecha ofrécele también la otra:
40 al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica déjale también
el manto;
41 y al que te obligue a andar una milla vete con él dos.
42 A quien te pida da, y al que desee que le prestes algo no le vuelvas
la espalda.
43 «Habéis oído que se dijo: = Amarás a tu prójimo = y odiarás a tu
enemigo.
44 Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os
persigan,
45 para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol
sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos.
46 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener?
¿No hacen eso mismo también los publicanos?
47 Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de
particular? ¿No hacen eso mismo también los gentiles?