...la Biblia de Jerusalén
Mateo 8, 12-25
12 mientras que los hijos del Reino serán echados a las tinieblas de
fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes.»
13 Y dijo Jesús al centurión: «Anda; que te suceda como has creído.»
Y en aquella hora sanó el criado.
14 Al llegar Jesús a casa de Pedro, vio a la suegra de éste en cama,
con fiebre.
15 Le tocó la mano y la fiebre la dejó; y se levantó y se puso a
servirle.
16 Al atardecer, le trajeron muchos endemoniados; él expulsó a los
espíritus con una palabra, y curó a todos los enfermos,
17 para que se cumpliera el oráculo del profeta Isaías: = El tomó
nuestras flaquezas y cargó con nuestras enfermedades. =
18 Viéndose Jesús rodeado de la muchedumbre, mandó pasar a la otra
orilla.
19 Y un escriba se acercó y le dijo: «Maestro, te seguiré adondequiera
que vayas.»
20 Dícele Jesús: «Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo
nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza.»
21 Otro de los discípulos le dijo: «Señor, déjame ir primero a enterrar
a mi padre.»
22 Dícele Jesús: «Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus
muertos.»
23 Subió a la barca y sus discípulos le siguieron.
24 De pronto se levantó en el mar una tempestad tan grande que la
barca quedaba tapada por las olas; pero él estaba dormido.
25 Acercándose ellos le despertaron diciendo: «¡Señor, sálvanos, que
perecemos!»