3 Por eso, así dice Yahveh: He aquí que yo medito, contra esta ralea,
una hora de infortunio de la que no podréis sustraer vuestro cuello.
¡No
andaréis con altivez, porque será un tiempo de desgracia!
4 Aquel día se proferirá sobre vosotros una sátira, se plañirá una
lamentación y se dirá: «¡Estamos despojados del todo; la porción de
mi
pueblo se ha medido a cordel, y no hay quien restituya; a nuestros
saqueadores les tocan nuestros campos!»