Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Miqueas 7, 3-8

3 Para el mal sus dos manos adiestran: el príncipe exige, y también el
juez, recompensa; el grande habla de la codicia de su alma, y él y ellos lo
urden.

4 Su bondad es como cardo, peor que un zarzal su rectitud. ¡El día de
tus centinelas, tu visita ha llegado! ¡Ahora será su consternación!

5 ¡No creáis en compañero, no confiéis en amigo; de la que se acuesta
en tu seno guarda la puerta de tu boca!

6 Porque el hijo ultraja al padre, la hija se alza contra su
madre, la
nuera contra su suegra, y enemigos de cada cual son los de su casa.

7 Mas yo miro hacia Yahveh, espero en el Dios de mi salvación: mi
Dios me escuchará.

8 No te alegres de mí, enemiga mía, porque si caigo, me levantaré, y si
estoy postrada en tinieblas, Yahveh es mi luz.