23 Repararon a continuación Benjamín y Jassub frente a sus casas.
Después de ellos Azarías, hijo de Maaseías, hijo de Ananías, reparó junto a
su casa.
24 Después de él Binnuy, hijo de Jenadad, reparó otra sección, desde
la casa de Azarías hasta el Angulo y la esquina.
25 A continuación Palal, hijo de Uzay, reparó enfrente del Angulo y
de la torre en saliente de la casa del rey, la de arriba que da al patio de la
cárcel. Después de él Pedaías, hijo de Parós, reparó
26 hasta la puerta de las Aguas hacia Oriente y hasta delante de la
torre en saliente.
27 A continuación los de Técoa repararon otro sector frente a la torre
grande en saliente hasta el muro del Ofel.
28 Desde la puerta de los Caballos repararon los sacerdotes, cada uno
frente a su casa.
29 Después de ellos reparó Sadoq, hijo de Immer, frente a su casa.
Después de él reparó Semaías, hijo de Sekanías, encargado de la
puerta
Oriental.
30 Después de él, Jananías, hijo de Selemías, y Janún, sexto hijo de
Salaf, repararon otro sector. A continuación reparó Mesullam, hijo de
Berekías, frente a su vivienda.
31 Después de él Malkiyías, del gremio de los orfebres, reparó hasta la
casa de los donados y de los comerciantes, frente a la puerta de la
Inspección, hasta la cámara alta del ángulo.
32 Y entre la cámara alta del ángulo y la puerta de las Ovejas,
repararon los orfebres y los comerciantes.
33 Cuando Samballat se enteró de que estábamos reconstruyendo la
muralla, montó en cólera y se irritó mucho. Se burlaba de los judíos,
34 y decía delante de sus hermanos y de la gente principal de Samaría:
«¿Qué pretenden hacer esos miserables judíos? ¿Es que quieren terminar en
un día? ¿Van a dar vida a esas piedras, sacadas de montones de escombros
y calcinadas?»
35 Tobías el ammonita, que estaba junto a él, dijo: «¡Déjales que
construyan; que si un chacal se alza, abrirá brecha en su muralla de piedra!»
36 ¡Escucha, Dios nuestro, porque nos desprecian. Haz que caiga su
insulto sobre su cabeza. Entrégalos al desprecio en un país de cautividad!
37 No pases por alto su iniquidad, ni su pecado sea borrado en tu
presencia, porque han insultado a los constructores.
38 Construimos, pues, la muralla, que quedó terminada hasta media
altura. El pueblo había puesto su corazón en el trabajo.