17 A mi mesa se sentaban los jefes y los consejeros en número de 150
sin contar los que venían a nosotros de las naciones vecinas.
18 Diariamente se aderezaban a expensas mías un toro, seis carneros
escogidos y aves; y cada diez días se traía cantidad de odres de vino. Y a
pesar de todo, jamás reclamé el pan del gobernador, porque un duro trabajo
gravaba ya al pueblo.