11 También los levitas tranquilizaban al pueblo diciéndole: «Callad:
este día es santo. No estéis tristes.»
12 Y el pueblo entero se fue a comer y beber, a repartir raciones
y
hacer gran festejo, porque habían comprendido las palabras que les habían
enseñado.
13 El segundo día los cabezas de familia de todo el pueblo, los
sacerdotes y levitas se reunieron junto al escriba Esdras para
comprender
las palabras de la Ley.
14 Y encontraron escrito en la Ley que Yahveh había mandado por
medio de Moisés que los hijos de Israel habitaran en cabañas durante
la
fiesta del séptimo mes.
15 En cuanto lo oyeron, hicieron pregonar en todas las ciudades y en
Jerusalén: «Salid al monte y traed ramas de olivo, de pino, de
mirto, de
palmera y de otros árboles frondosos, para hacer cabañas conforme a
lo
escrito.»
16 Salió el pueblo y trajeron ramas y se hicieron cabañas, cada uno en
su terrado, en sus patios, en los atrios de la Casa de Dios, en la plaza de la
puerta del Agua y en la plaza de la puerta de Efraím.
17 Toda la asamblea, los que habían vuelto del cautiverio, construyó
cabañas y habitó en ellas - cosa que los israelitas no habían hecho desde los
días de Josué, hijo de Nun, hasta aquel día - y hubo gran regocijo.