7 (Josué, Baní, Serebías, Yamín, Aqcub, Sabtay, Hodiyías, Maaseías,
Quelitá, Azarías, Yozabad, Janán, Pelaías, que eran levitas, explicaban
la
Ley al pueblo que seguía en pie.)
8 Y Esdras leyó en el libro de la Ley de Dios,
aclarando e
interpretando el sentido, para que comprendieran la lectura.
9 Entonces (Nehemías - el Gobernador - y) Esdras, el sacerdote
escriba (y los levitas que explicaban al pueblo) dijeron a todo el
pueblo:
«Este día está consagrado a Yahveh vuestro Dios; no estéis tristes ni
lloréis»; pues todo el pueblo lloraba al oír las palabras de la Ley.
10 Díjoles también: «Id y comed manjares grasos, bebed bebidas
dulces y mandad su ración a quien no tiene nada preparado. Porque este día
está consagrado a nuestro Señor. No estéis tristes: la alegría de Yahveh es
vuestra fortaleza.»
11 También los levitas tranquilizaban al pueblo diciéndole: «Callad:
este día es santo. No estéis tristes.»
12 Y el pueblo entero se fue a comer y beber, a repartir raciones
y
hacer gran festejo, porque habían comprendido las palabras que les habían
enseñado.
13 El segundo día los cabezas de familia de todo el pueblo, los
sacerdotes y levitas se reunieron junto al escriba Esdras para
comprender
las palabras de la Ley.
14 Y encontraron escrito en la Ley que Yahveh había mandado por
medio de Moisés que los hijos de Israel habitaran en cabañas durante
la
fiesta del séptimo mes.
15 En cuanto lo oyeron, hicieron pregonar en todas las ciudades y en
Jerusalén: «Salid al monte y traed ramas de olivo, de pino, de
mirto, de
palmera y de otros árboles frondosos, para hacer cabañas conforme a
lo
escrito.»
16 Salió el pueblo y trajeron ramas y se hicieron cabañas, cada uno en
su terrado, en sus patios, en los atrios de la Casa de Dios, en la plaza de la
puerta del Agua y en la plaza de la puerta de Efraím.