29 lo mismo al ciudadano israelita que al forastero residente entre
vosotros: no tendréis más que una sola ley para el que
obra por
inadvertencia.
30 Pero el que obra con descaro, sea ciudadano o forastero, ultraja a
Yahveh. Tal individuo será extirpado de su pueblo,
31 por haber despreciado la palabra de Yahveh, quebrantado su
mandato. Será exterminado tal individuo: su pecado pesa sobre él.»
32 Cuando los israelitas estaban en el desierto, se encontró a un
hombre que andaba buscando leña en día de sábado.
33 Los que lo encontraron buscando leña, lo presentaron a Moisés, a
Aarón y a toda la comunidad.
34 Le pusieron bajo custodia, porque no estaba determinado lo que
había que hacer con él.
35 Yahveh dijo a Moisés: «Que muera ese hombre. Que lo apedree
toda la comunidad fuera del campamento.»
36 Lo sacó toda la comunidad fuera del campamento y lo apedrearon
hasta que murió, según había mandado Yahveh a Moisés.
37 Yahveh dijo a Moisés:
38 «Habla a los israelitas y diles que ellos y sus descendientes se
hagan flecos en los bordes de sus vestidos, y pongan en el fleco
de sus
vestidos un hilo de púrpura violeta.
39 Tendréis, pues flecos para que, cuando los veáis, os acordéis de
todos los preceptos de Yahveh. Así los cumpliréis y no seguiréis los
caprichos de vuestros corazones y de vuestros ojos, que os han arrastrado a
prostituiros.
40 Así os acordaréis de todos mis mandamientos y los cumpliréis, y
seréis hombres consagrados a vuestro Dios.
41 Yo, Yahveh, vuestro Dios, que os saqué de Egipto para ser Dios
vuestro. Yo, Yahveh, vuestro Dios.