4 Tomó el sacerdote Eleazar los incensarios de bronce que habían
presentado los que fueron abrasados, y los laminó con destino al altar.
5 Sirven para recordar a los israelitas que no se acerque ningún laico,
que no sea de la descendencia de Aarón, a ofrecer el incienso
delante de
Yahveh; no le ocurra lo que a Coré y a su cuadrilla, según se lo había dicho
Yahveh por medio de Moisés.
6 Al día siguiente, murmuró toda la comunidad de los israelitas contra
Moisés y Aarón, diciendo: «Vosotros habéis matado al pueblo de Yahveh.»
7 Como se amotinaba la comunidad contra Moisés y Aarón, se
volvieron éstos hacia la Tienda del Encuentro. Y vieron que la Nube
la
había cubierto y se había aparecido la gloria de Yahveh.