15 Todo primogénito que se presente a Yahveh de cualquier especie,
hombre o animal, será para ti. Pero harás rescatar al primogénito del
hombre y harás también rescatar al primogénito de animal impuro.
16 Los harás rescatar al mes de nacidos, valorándolos en cinco siclos
de plata, en siclos del santuario, que son de veinte óbolos.
17 Pero al primogénito de vaca, o de oveja, o de cabra, no lo
rescatarás: es sagrado. Derramarás su sangre sobre el altar y su
grasa la
harás arder como manjar abrasado de calmante aroma para Yahveh.
18 Su carne será para ti, así como el pecho del rito del mecimiento y la
pierna derecha.
19 Todo lo reservado de las cosas sagradas que los israelitas reservan
a Yahveh, te lo doy a ti y a tus hijos e hijas, por decreto perpetuo. Alianza
de sal es ésta, para siempre, delante de Yahveh, para ti y tu descendencia.»
20 Yahveh dijo a Aarón: «Tú no tendrás heredad ninguna en su tierra;
no habrá porción para ti entre ellos. Yo soy tu porción para ti entre ellos. Yo
soy tu porción y tu heredad entre los israelitas.
21 A los hijos de Leví, les doy en herencia todos los diezmos de
Israel, a cambio de su servicio: del servicio que prestan en la
Tienda del
Encuentro.
22 Los israelitas no se volverán a acercar a la Tienda del Encuentro:
cargarían con un pecado y morirían.
23 Será Leví el que preste servicio en la Tienda del Encuentro: ellos
cargarán con sus faltas. Es decreto perpetuo para vuestros descendientes: no
tendrán heredad entre los israelitas,
24 porque yo les doy en herencia a los levitas los diezmos que los
israelitas reservan para Yahveh. Por eso les he dicho que no tendrán
heredad entre los israelitas.»
25 Habló Yahveh a Moisés y le dijo:
26 «Hablarás a los levitas y les dirás: Cuando percibáis de los
israelitas el diezmo que yo tomo de ellos y os doy en herencia, reservaréis
de él la reserva de Yahveh: el diezmo del diezmo.