9 Un hombre puro recogerá las cenizas de la vaca y las depositará
fuera del campamento, en lugar puro. Servirán a la comunidad de los
israelitas para el rito de hacer el agua lustral: es un sacrificio por el
pecado.
10 El que haya recogido las cenizas de la vaca lavará sus vestidos y
será impuro hasta la tarde. Este será decreto perpetuo tanto para los
israelitas como para el forastero residente entre ellos.
11 El que toque a un muerto, cualquier cadáver humano, será impuro
siete días.
12 Se purificará con aquellas aguas los días tercero y séptimo, y
quedará puro. Pero si no se ha purificado los días tercero y
séptimo, no
quedará puro.
13 Todo el que toca un muerto, un cadáver humano, y no se purifica,
mancha la Morada de Yahveh; ese individuo será extirpado de Israel,
porque las aguas lustrales no han corrido sobre él: es impuro; su impureza
sigue sobre él.