2 Balaq hizo lo que le había dicho Balaam, y ofreció en holocausto un
novillo y un carnero en cada altar.
3 Dijo entonces Balaam a Balaq: «Quédate junto a tus holocaustos,
mientras yo voy a ver si me sale al encuentro Yahveh. La palabra que me
manifieste, te la comunicaré.» Y se fue a un monte pelado.
4 Salió Dios al encuentro de Balaam y éste le dijo: «Siete altares he
preparado y he ofrecido en holocausto un novillo y un carnero sobre cada
altar.»
5 Yahveh entonces puso una palabra en la boca de Balaam y le dijo:
«Vuelve donde Balaq y esto le dirás.»
6 Volvió donde él y estaba aún de pie junto a su holocausto, con todos
los príncipes de Moab.
7 El entonó su trova y dijo: «De Aram me hace venir Balaq, el rey de
Moab desde los montes de Quédem: “Ven, maldíceme a Jacob; ven, execra
a Israel.”
8 ¿Cómo maldeciré, si no maldice Dios? ¿Cómo execraré, si no execra
Yahveh?
9 De la cumbre de las peñas lo diviso, de lo alto de las colinas
lo
contemplo: es un pueblo que vive aparte; no es contado entre las naciones.
10 ¿Quién contará el polvo de Jacob, quién numerará la polvareda de
Israel? Muera mi alma con la muerte de los justos, Sea mi paradero como el
suyo.»
11 Dijo Balaq a Balaam: «¿Qué me has hecho? ¡Para maldecir a mis
enemigos te he traído y los has colmado de bendiciones!»
12 Le respondió diciendo: «¿No tengo yo que esmerarme en hablar
todo lo que Yahveh me pone en la boca?»
13 Le respondió Balaq: «Ven, pues, a otro sitio conmigo porque lo
que ves desde aquí no es más que un extremo, no lo ves
entero.
Maldícemelo desde allí.»
14 Y le llevó al Campo de los Centinelas, hacia la cumbre del Pisgá.
Construyó siete altares y ofreció en holocausto un novillo y un carnero en
cada altar.
15 Balaam dijo a Balaq: «Quédate aquí junto a tus holocaustos,
mientras yo salgo al encuentro.»
16 Salió Yahveh al encuentro de Balaam, puso una palabra en su boca
y le dijo: «Vuelve donde Balaq y esto le dirás.»
17 Volvió donde él y lo encontró aún de pie junto a sus holocaustos,
con los príncipes de Moab. Le dijo Balaq: «¿Qué ha dicho Yahveh?»
18 El entonó su trova diciendo: «Levántate, Balaq, y escucha,
prestame oídos, hijo de Sippor.
19 No es Dios un hombre, para mentir, ni hijo de hombre, para
volverse atrás. ¿Es que él dice y no hace, habla y no lo mantiene?
20 He aquí que me ha tocado bendecir; bendeciré y no me retractaré.
21 No he divisado maldad en Jacob, ni he descubierto infortunio en
Israel. Yahveh su Dios está con él, y en él se oye proclamar a un rey.
22 Dios le hace salir de Egipto, como cuernos de búfalo es para él.
23 No hay presagio contra Jacob, ni sortilegio contra Israel. Según se
le está diciendo a Jacob y a Israel: «¿Qué hace tu Dios?»,
24 he aquí que un pueblo se levanta como leona, se yergue como león:
no se acostará hasta devorar la presa y beber la sangre de sus víctimas.»