3 Moisés habló al pueblo y le dijo: «Que se armen algunos de vosotros
para la guerra de Yahveh contra Madián, para tomar de Madián la
venganza de Yahveh.
4 Pondréis sobre las armas mil de cada tribu, de todas las tribus
de
Israel.»
5 Los millares de Israel suministraron, a razón de mil por cada tribu,
12.000 hombres armados para la guerra.
6 Moisés envió al combate mil por cada tribu, y con ellos a Pinjás,
hijo del sacerdote Eleazar, que llevaba en su mano los objetos sagrados y
las trompetas del clamoreo.
7 Atacaron a Madián como había mandado Yahveh a Moisés y
mataron a todos los varones.
8 Mataron también a los reyes de Madián: Eví, Réquem, Sur, Jur y
Rebá, cinco reyes madianitas; y a Balaam, hijo de Beor, lo mataron a filo de
espada.
9 Los israelitas hicieron cautivas a las mujeres de Madián y a sus
niños y saquearon su ganado, sus rebaños, y todos sus bienes.
10 Dieron fuego a todas las ciudades en que habitaban y a todos sus
campamentos.
11 Reunieron todo el botín que habían capturado, hombres y bestias,
12 y llevaron los cautivos, la presa y el botín ante Moisés, ante
el
sacerdote Eleazar y ante toda la comunidad de los israelitas,
al
campamento, en las Estepas de Moab, que están cerca del Jordán, a la altura
de Jericó.
13 Moisés, el sacerdote Eleazar y todos los principales de
la
comunidad salieron a su encuentro hasta fuera del campamento.
14 Moisés se encolerizó contra los jefes de las tropas, jefes de millar y
jefes de cien, que volvían de la expedición guerrera.
15 Les dijo Moisés: «¿Pero habéis dejado con vida a todas las
mujeres?
16 Precisamente ellas fueron las que indujeron a prevaricar contra
Yahveh a los israelitas, siguiendo el consejo de Balaam, cuando lo de Peor;
por eso azotó la plaga a la comunidad de Yahveh.
17 Matad, pues, a todos los niños varones. Y a toda mujer que haya
conocido varón, que haya dormido con varón, matadla también.
18 Pero dejad con vida para vosotros a todas las muchachas que no
hayan dormido con varón.
19 Y vosotros, todos los que hayáis matado a alguno y todos los que
hayáis tocado a algún muerto, acampad fuera del campamento siete días.
Purificaos vosotros y vuestros cautivos, el día tercero y el día séptimo.
20 Purificad también todos los vestidos, todos los objetos de cuero,
todo tejido de pelo de cabra y todo objeto de madera.»
21 Dijo el sacerdote Eleazar a los hombres de la tropa que habían ido
a la guerra: «Este es el precepto de la Ley que ordenó Yahveh a Moisés.
22 El oro, la plata, el bronce, el hierro, el estaño y el plomo,
23 todo lo que puede pasar por el fuego, lo pasaréis por el fuego
y
quedará puro. Pero será purificado con las aguas lustrales. Pero todo lo que
no pueda pasar por el fuego lo pasaréis por las aguas.»
24 Lavaréis vuestros vestidos el día séptimo y quedaréis puros. Luego
podréis entrar en el campamento.