Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Números 32, 10-42

10 Por eso se encendió la ira de Yahveh aquel día y juró diciendo:

11 “Nunca verán los hombres que salieron de Egipto, de veinte años
para arriba, la tierra que prometí con juramento a Abraham, a Isaac
y a
Jacob..., porque no me han sido fieles,

12 excepto Caleb, hijo de Yefunné el quenizeo, y Josué, hijo de Nun,
que fueron fieles a Yahveh.”

13 Se encendió la ira de Yahveh contra Israel y los hizo andar errantes
por el desierto durante cuarenta años, hasta que se acabó toda
aquella
generación que había obrado mal a los ojos de Yahveh.

14 ¡Y ahora vosotros os alzáis a imitación de vuestros padres, como
retoño de hombres pecadores, para atizar más el fuego de la ira de Yahveh
contra Israel!

15 Si os apartáis de él, volverá a retenernos en el
desierto, y
acarrearéis el desastre a todo este pueblo.»

16 Entonces se acercaron a Moisés y le dijeron: «Podemos construir
aquí rediles para nuestras ovejas y ciudades para nuestros niños.

17 Pero nosotros tomaremos las armas a la cabeza de los israelitas,
hasta que los introduzcamos en sus lugares, mientras que nuestros hijos de
quedarán en las plazas fuertes, al abrigo de los habitantes del país.

18 No volveremos a nuestras casas hasta que los israelitas
se
posesionen cada uno de su herencia.

19 Que nosotros no tendremos herencia con ellos al otro lado del
Jordán, pues nuestra herencia nos ha tocado del lado oriental del Jordán.»

20 Moisés les dijo: «Si hacéis lo que habéis dicho, si os armáis para
combatir delante de Yahveh,

21 y todos vuestros combatientes pasan el Jordán delante de Yahveh,
hasta que arroje a sus enemigos ante vosotros,

22 y la tierra es ocupada delante de Yahveh, podéis volver después y
quedaréis exentos de culpa ante Yahveh y ante Israel. Esta tierra
os
pertenecerá en propiedad delante de Yahveh.

23 Pero si no lo hacéis así, habréis pecado contra Yahveh, y sabed que
vuestro pecado os saldrá al encuentro.

24 Construíos ciudades para vuestros niños, y rediles para vuestros
rebaños; pero haced lo que habéis prometido.»

25 Dijeron los hijos de Gad y los hijos de Rubén a Moisés: «Tus
siervos harán como mi Señor manda.

26 Nuestros hijos, nuestras mujeres, nuestros rebaños y todo nuestro
ganado, se quedarán aquí en las ciudades de Galaad.

27 Pero tus siervos, todos los que llevan armas, pasarán delante de
Yahveh, para ir a la guerra, como dice mi Señor.»

28 Moisés dio orden al sacerdote Eleazar, a Josué, hijo de Nun, y a los
jefes de las casas paternas de las tribus de los israelitas,

29 y les dijo Moisés: «Si los hijos de Gad y los hijos de Rubén, todos
los que llevan armas, pasan con vosotros el Jordán, para combatir delante
de Yahveh, y la tierra queda dominada por vosotros, les daréis el
país de
Galaad en propiedad.


30 Pero si los que llevan armas no pasan con vosotros, tendrán su
herencia entre vosotros en el país de Canaán.»

31 Respondieron los hijos de Gad y los hijos de Rubén: «Lo que ha
hablado Yahveh a tus siervos, eso haremos.

32 Nosotros pasaremos armados delante de Yahveh al país de Canaán;
pero danos la propiedad de nuestra herencia a este lado del Jordán.»

33 Moisés dio a los hijos de Gad, a los hijos de Rubén y a la media
tribu de Manasés, hijo de José, el reino de Sijón, rey de los amorreos, y el
reino de Og, rey de Basán; el país con las ciudades comprendidas en
sus
fronteras y las ciudades colindantes.

34 Los hijos de Rubén construyeron las plazas fuertes de Dibón,
Atarot y Aroer,

35 Atrot Sofán, Yazer, Yogbohá,

36 Bet Nimrá, Bet Harán, y rediles para los rebaños.

37 Los hijos de Rubén construyeron Jesbón, Elalé, Quiryatáyim,

38 Nebo, Baal Meón, cambiadas de nombre, y Sibmá. Y pusieron
nombres a las ciudades que construyeron.

39 Los hijos de Makir, hijo de Manasés, fueron a Galaad,
la
conquistaron y expulsaron a los amorreos que habitaban allí.

40 Moisés dio Galaad a Makir, hijo de Manasés, que se estableció allí.
41 Yaír, hijo de Manasés, fue y se apoderó de los aduares de ellos y

los llamó Aduares de Yaír.

42 Nóbaj fue y se apoderó de Quenat y de sus filiales, y le puso su
propio nombre Nóbaj.