9 subieron al valle de Eskol, vieron la tierra e impidieron que los
israelitas entrasen en la tierra que les había dado Yahveh.
10 Por eso se encendió la ira de Yahveh aquel día y juró diciendo:
11 “Nunca verán los hombres que salieron de Egipto, de veinte años
para arriba, la tierra que prometí con juramento a Abraham, a Isaac
y a
Jacob..., porque no me han sido fieles,
12 excepto Caleb, hijo de Yefunné el quenizeo, y Josué, hijo de Nun,
que fueron fieles a Yahveh.”
13 Se encendió la ira de Yahveh contra Israel y los hizo andar errantes
por el desierto durante cuarenta años, hasta que se acabó toda
aquella
generación que había obrado mal a los ojos de Yahveh.
14 ¡Y ahora vosotros os alzáis a imitación de vuestros padres, como
retoño de hombres pecadores, para atizar más el fuego de la ira de Yahveh
contra Israel!
15 Si os apartáis de él, volverá a retenernos en el
desierto, y
acarrearéis el desastre a todo este pueblo.»
16 Entonces se acercaron a Moisés y le dijeron: «Podemos construir
aquí rediles para nuestras ovejas y ciudades para nuestros niños.
17 Pero nosotros tomaremos las armas a la cabeza de los israelitas,
hasta que los introduzcamos en sus lugares, mientras que nuestros hijos de
quedarán en las plazas fuertes, al abrigo de los habitantes del país.
18 No volveremos a nuestras casas hasta que los israelitas
se
posesionen cada uno de su herencia.
19 Que nosotros no tendremos herencia con ellos al otro lado del
Jordán, pues nuestra herencia nos ha tocado del lado oriental del Jordán.»