30 En cualquier caso de homicidio, se matará al homicida según la
declaración de los testigos; pero un solo testigo no bastará para condenar a
muerte a un hombre.
31 No aceptaréis rescate por la vida de un homicida reo de muerte,
pues debe morir.
32 Tampoco aceptaréis rescate por el que se ha refugiado en la ciudad
de asilo y quiere volver a habitar en su tierra antes que muera el
Sumo
Sacerdote.