6 Las ciudades que daréis a los levitas serán las seis de asilo,
que
cederéis para que se pueda refugiar en ellas el homicida, y además
les
daréis otras 42 ciudades.
7 El total de ciudades que daréis a los levitas será 48 ciudades, todas
ellas con sus pastos.
8 Estas ciudades que cederéis de la propiedad de los israelitas, las
tomaréis en mayor número del grande y en menor del pequeño; cada uno
cederá ciudades a los levitas en proporción a la herencia que le
haya
tocado.»
9 Habló Yahveh a Moisés y le dijo:
10 «Habla a los israelitas y diles: Cuando paséis el Jordán hacia la
tierra de Canaán,
11 encontraréis ciudades de las que haréis ciudades de asilo: en ellas
se refugiará el homicida, el que ha herido a un hombre por inadvertencia.
12 Esas ciudades os servirán de asilo contra el vengador; no debe
morir el homicida hasta que comparezca ante la comunidad para ser
juzgado.
13 De las ciudades que les cedáis, seis ciudades serán de asilo:
14 tres ciudades les cederéis al otro lado del Jordán y tres ciudades en
el país de Canaán; serán ciudades de asilo.
15 Las seis ciudades serán de asilo tanto para los israelitas como para
el forastero y para el huésped que viven en medio de vosotros, para que se
pueda refugiar en ellas todo aquel que haya matado a un hombre por
inadvertencia.
16 Pero si le ha herido con un instrumento de hierro, y muere, es un
homicida. El homicida debe morir.
17 Si le hiere con una piedra como para causar la muerte con ella, y
muere, es homicida. El homicida debe morir.
18 Si le hiere con un instrumento de madera como para matarle, y
muere, es un homicida. El homicida debe morir.
19 El mismo vengador de la sangre dará muerte al homicida: en
cuanto le encuentre, lo matará.
20 Si el homicida lo ha matado por odio, o le ha lanzado algo con
intención, y muere,
21 o si por enemistad le ha golpeado con las manos, y muere, el que le
ha herido tiene que morir: es un homicida. El vengador de la sangre dará
muerte al homicida en cuanto le encuentre.
22 Pero si lo derribó de casualidad y sin enemistad, o le lanzó
cualquier objeto sin ninguna mala intención,
23 o le tiró, sin verle, una piedra capaz de matarle, y le causó
la
muerte, sin que fuera su enemigo ni buscara su daño,
24 la comunidad juzgará entre el homicida y el vengador de la sangre
según estas normas,
25 y salvará la comunidad al homicida de la mano del vengador de la
sangre. Le hará volver la comunidad a la ciudad de asilo en la
que se
refugió y en ella vivirá hasta que muera el Sumo Sacerdote ungido con el
óleo santo.
26 Pero si sale el homicida de los límites de la ciudad de asilo en que
se ha refugiado,