20 Pero si, estando bajo la potestad de tu marido, te has desviado y te
has manchado, durmiendo con un hombre distinto de tu marido...”
21 El sacerdote entonces proferirá sobre la mujer este juramento, y
dirá el sacerdote a la mujer: “... Que Yahveh te ponga como
maldición y
execración en medio de tu pueblo, que haga languidecer tus caderas e infle
tu vientre.
22 Que entren estas aguas de maldición en tus entrañas, para que
inflen tu vientre y hagan languidecer tus caderas.” Y la mujer responderá:
“¡Amén, amén!”
23 Después el sacerdote escribirá en una hoja estas imprecaciones y
las borrará con las aguas amargas.
24 Hará beber a la mujer las aguas de maldición y funestas, y las
aguas funestas entrarán en ella para hacérsele amargas.