10 «Diles a los israelitas: Si uno de vosotros o de
vuestros
descendientes está impuro por cadáver, o está de viaje en tierra
lejana,
también celebrará la Pascua en honor de Yahveh.
11 La celebrarán el mes segundo, el día catorce, entre dos luces. La
comerán con panes ázimos y hierbas amargas.
12 No dejarán nada para la mañana, ni le quebrantarán ningún hueso.
Según todo el ritual de la Pascua la celebrarán.
13 Pero el que, encontrándose puro y no habiendo estado de viaje,
deje de celebrar la Pascua, ese tal será extirpado de su pueblo. Ese hombre
cargará con su pecado, por no haber presentado la ofrenda a Yahveh a su
tiempo.
14 Y si un forastero reside entre vosotros y celebra la Pascua en honor
de Yahveh, la celebrará según los preceptos y normas de la Pascua.
Uno
mismo será el ritual para vosotros, tanto para el forastero como
para el
nativo del país.»
15 El día en que se erigió la Morada, la Nube cubrió la Morada, la
Tienda del Testimonio. Por la tarde se quedaba sobre la Morada, con
aspecto de fuego, hasta la mañana.
16 Así sucedía permanentemente: la Nube la cubría y por la noche
tenía aspecto de fuego.
17 Cuando se levantaba la Nube de encima de la Tienda, los israelitas
levantaban el campamento, y en el lugar en que se paraba la Nube,
acampaban los israelitas.
18 A la orden de Yahveh partían los israelitas y a la orden de Yahveh
acampaban. Quedaban acampados todos los días que la Nube estaba parada
sobre la Morada.
19 Si se detenía la Nube muchos días sobre la Morada, los israelitas
cumplían con el culto de Yahveh y no partían.