4 Asiria no nos salvará, no montaremos ya a caballo, y no diremos
más “Dios nuestro” a la obra de nuestros manos, oh tú, en quien
halla
compasión el huérfano.»
5 - Yo sanaré su infidelidad, los amaré graciosamente; pues mi cólera
se ha apartado de él,
6 seré como rocío para Israel: él florecerá como el lirio, y hundirá sus
raíces como el Líbano.
7 Sus ramas se desplegarán, como el del olivo será su esplendor, y su
fragancia como la del Líbano.
8 Volverán a sentarse a mi sombra; harán crecer el trigo, florecerán
como la vid, su renombre será como el del vino del Líbano.