10 No había conocido ella que era yo quien le daba el trigo, el mosto y
el aceite virgen, ¡la plata yo se la multiplicaba, y el oro lo
empleaban en
Baal!
11 Por eso volveré a tomar mi trigo a su tiempo y mi mosto a su
estación, retiraré mi lana y mi lino que habían de cubrir su desnudez.
12 Y ahora descubriré su vergüenza a los ojos de sus amantes, y nadie
la librará de mi mano.
13 Haré cesar todo su regocijo, sus fiestas, sus novilunios, sus
sábados, y todas sus solemnidades.