2 Yo me la compré por quince siclos de plata y carga y media de
cebada.
3 Y le dije: «Durante muchos días te me quedarás quieta
sin
prostituirte ni ser de ningún hombre, y yo haré lo mismo contigo.»
4 Porque durante muchos días se quedarán los hijos de Israel sin rey ni
príncipe, sin sacrificios ni estela, sin efod ni terafim.
5 Después volverán los hijos de Israel; buscarán a Yahveh su Dios y a
David, su rey, y acudirán con temor a Yahveh y a sus bienes en los días
venideros.