Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Proverbios 1, 11-33

11 Si te dicen: «¡Vente con nosotros, estemos al acecho para derramar
sangre, apostémonos contra el inocente sin motivo alguno,

12 devorémoslos vivos como el seol, enteros como los que bajan a la
fosa!;

13 ¡hallaremos toda clase de riquezas, llenaremos nuestras casas de
botín,

14 te tocará tu parte igual que a nosotros, para todos habrá bolsa
común!»:

15 no te pongas, hijo mío, en camino con ellos, tu pie detén ante su
senda,

16 = porque sus pies corren hacia el mal y a derramar sangre se
apresuran; =

17 pues es inútil tender la red a los ojos mismos de los pajarillos.

18 Contra su propia sangre están acechando, apostados están contra
sus propias vidas.

19 Esa es la senda de todo el que se entrega a la rapiña: ella quita la
vida a su propio dueño.

20 La Sabiduría clama por las calles, por las plazas alza su voz,

21 llama en la esquina de las calles concurridas, a la entrada de
las
puertas de la ciudad pronuncia sus discursos:

22 «¿Hasta cuándo, simples, amaréis vuestra simpleza y arrogantes os
gozaréis en la arrogancia y necios tendréis odio a la ciencia?

23 Convertíos por mis reprensiones: voy a derramar mi espíritu para
vosotros, os voy a comunicar mis palabras.


24 Ya que os he llamado y no habéis querido, he tendido mi mano y
nadie ha prestado atención,

25 habéis despreciado todos mis consejos, no habéis hecho caso de
mis reprensiones;

26 también yo me reiré de vuestra desgracia, me burlaré cuando llegue
vuestro espanto,

27 cuando llegue, como huracán, vuestro espanto, vuestra desgracia
sobrevenga como torbellino, cuando os alcancen la angustia y
la
tribulación.

28 Entonces me llamarán y no responderé, me buscarán y no me
hallarán.

29 Porque tuvieron odio a la ciencia y no eligieron el temor de
Yahveh,

30 no hicieron caso de mi consejo, ni admitieron de mí ninguna
reprensión;

31 comerán del fruto de su conducta, de sus propios consejos se
hartarán.

32 Su propio descarrío matará a los simples, la despreocupación
perderá a los insensatos.

33 Pero el que me escucha vivirá seguro, tranquilo, sin temor a la
desgracia.»