...la Biblia de Jerusalén
Proverbios 17, 1-21
1 Mejor es un mendrugo de pan a secas, pero con tranquilidad, que
casa llena de sacrificios de discordia.
2 El siervo prudente prevalece sobre el hijo sin honra; tendrá, con los
hermanos, parte en la herencia.
3 Crisol para la plata, horno para el oro; los corazones, Yahveh mismo
los prueba.
4 El malo está atento a los labios inicuos, el mentiroso presta oído a la
lengua perversa.
5 Quien se burla de un pobre, ultraja a su Hacedor, quien se ríe de la
desgracia no quedará impune.
6 Corona de los ancianos son los hijos de los hijos; los padres son el
honor de los hijos.
7 Al necio no le sienta un lenguaje pulido, y aún menos al noble un
hablar engañoso.
8 El obsequio es un talismán, para el que puede hacerlo; dondequiera
que vaya, tiene éxito.
9 El que cubre un delito, se gana una amistad el que propala cosas,
divide a los amigos.
10 Más afecta un reproche a un hombre inteligente que cien golpes a
un necio.
11 El malvado sólo busca rebeliones, pero le será enviado un cruel
mensajero.
12 Mejor topar con osa privada de sus cachorros que con tonto en su
necedad.
13 Si uno devuelve mal por bien no se alejará la desdicha de su casa.
14 Entablar proceso es dar curso libre a las aguas; interrúmpelo antes
de que se extienda.
15 Justificar al malo y condenar al justo; ambas cosas abomina
Yahveh.
16 ¿De qué sirve la riqueza en manos del necio? ¿Para adquirir
sabiduría, siendo un insensato?
17 El amigo ama en toda ocasión, el hermano nace para tiempo de
angustia.
18 Es hombre insensato el que choca la mano y sale fiador de su
vecino.
19 El que ama el pecado, ama los golpes, el que es altanero, busca la
ruina.
20 El de corazón pervertido, no hallará la dicha; el de lengua doble
caerá en desgracia.
21 El que engendra un necio, es para su mal; no tendrá alegría el padre
del insensato.