...la Biblia de Jerusalén
Proverbios 23, 8-27
8 Nada más comer lo vomitarías y tus palabras amables serían tu
ruina.
9 A oídos de necio no hables, porque se burlará de la prudencia de tus
dichos.
10 No desplaces el lindero antiguo, no entres en el campo de los
huérfanos,
11 porque su vengador es poderoso, y defendería su pleito contra ti.
12 Aplica tu corazón a la instrucción, y tus oídos a las palabras de la
ciencia.
13 No ahorres corrección al niño, que no se va a morir porque le
castigues con la vara.
14 Con la vara le castigarás y librarás su alma del seol.
15 Hijo mío, si tu corazón es sabio, se alegrará también mi corazón,
16 y exultarán mis riñones al decir tus labios cosas rectas.
17 No envidie tu corazón a los pecadores, más bien en el temor de
Yahveh permanezca todo el día,
18 porque hay un mañana, y tu esperanza no será aniquilada.
19 Escucha, hijo, y serás sabio, y endereza tu corazón por el camino...
20 No seas de los que se emborrachan de vino, ni de los que se ahítan
de carne,
21 porque borracho y glotón se empobrecen y el sopor se viste de
harapos.
22 Escucha a tu padre, que él te engendró, y no desprecies a tu madre
por ser vieja.
23 Adquiere la verdad y no la vendas: la sabiduría, la instrucción, la
inteligencia.
24 El padre del justo rebosa de gozo, quien engendra un sabio por él
se regocija.
25 Se alegrarán tu padre y tu madre, y gozará la que te ha engendrado.
26 Dame, hijo mío, tu corazón, y que tus ojos hallen deleite en
mis
caminos.
27 Fosa profunda es la prostituta, pozo angosto la mujer extraña.