...la Biblia de Jerusalén
Proverbios 24, 15-34
15 No pongas, malvado, asechanzas en la mansión del justo, no hagas
violencia a su morada.
16 Que siete veces cae el justo, pero se levanta, mientras los malos se
hunden en la desgracia.
17 No te alegres por la caída de tu enemigo, no se goce tu corazón
cuando se hunde;
18 no sea que lo vea Yahveh y le desagrade, y aparte de él su ira.
19 No te enfurezcas por causa de los malvados, ni tengas envidia de
los malos.
20 Porque para el malvado no hay un mañana: la lámpara de los malos
se extinguirá.
21 Teme, hijo mío, a Yahveh y al rey, no te relaciones con los
innovadores,
22 porque al instante surgirá su calamidad, y ¿quién sabe el castigo
que pueden ambos dar?
23 También esto pertenece a los sabios: Hacer acepción de personas
en el juicio no está bien.
24 Al que dice al malo: «Eres justo», le maldicen los pueblos y le
detestan las naciones;
25 los que los castigan, viven felices, y viene sobre ellos la bendición
del bien.
26 Besa en los labios, el que responde con franqueza.
27 Ordena tus trabajos de fuera y prepara tus faenas en el campo; y
después puedes construirte tu casa.
28 No des testimonio, en vano, contra tu prójimo, ni engañes con tus
labios.
29 No digas: «Como él me ha hecho a mí, le haré yo a él, daré a cada
uno según sus obras.»
30 He pasado junto al campo de un perezoso, y junto a la viña de un
hombre insensato,
31 y estaba todo invadido de ortigas, los cardos cubrían el suelo,
la
cerca de piedras estaba derruída.
32 Al verlo, medité en mi corazón, al contemplarlo aprendí la lección:
33 «Un poco dormir, otro poco dormitar, otro poco tumbarse con los
brazos cruzados
34 y llegará, como vagabundo, tu miseria y como un mendigo tu
pobreza.»