...la Biblia de Jerusalén
Proverbios 26, 4-23
4 No respondas al necio según su necedad, no sea que tú también te
vuelvas como él.
5 Responde al necio según su necedad, no vaya a creerse que es un
sabio.
6 Se corta los pies, se empapa de amargura, el que envía un recado en
mano de necio.
7 Como las piernas vacilantes del cojo, es el proverbio en boca de los
necios.
8 Como sujetar una piedra en la honda, es conceder honores a un
necio.
9 Como espino que va a parar a mano de borracho, es el proverbio en
boca de los necios.
10 Como arquero que a todos hiere, es el que toma a sueldo al necio y
al borracho que pasan.
11 Como el perro vuelve a su vómito, vuelve el necio a su insensatez.
12 ¿Has visto a un hombre que se cree sabio? Más se puede esperar de
un necio que de él.
13 Dice el perezoso: «¡Un león en el camino! ¡Un león en la plaza!»
14 La puerta gira en los goznes, y el perezoso en la cama.
15 El perezoso hunde la mano en el plato; pero le fatiga llevarla a la
boca.
16 El perezoso se tiene por más sabio que siete personas
que
responden con tacto.
17 Agarra por las orejas a un perro que pasa el que se mete en litigio
que no le incumbe.
18 Como un loco que arroja saetas escondidas, flechas y muerte,
19 tal es el hombre que engaña a su prójimo, y dice: «¿No ves que
estaba bromeando?»
20 Cuando se acaba la leña, se apaga el fuego, cuando no hay
chismoso, se apacigua la disputa.
21 Carbón sobre brasas y leña sobre fuego, es el pleiteador para atizar
querellas.
22 Las palabras del delator son golosinas que bajan hasta el fondo de
las entrañas.
23 Plata con escorias esmaltada sobre arcilla, son los labios dulces con
corazón perverso.